Los Pecados Capitales de Catalunya

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1) ¿Qué es Cataluña?

Cataluña es una nación que nació el 19 de febrero de 988 y a la que le quitaron los derechos de nación en 1714, después de la guerra de Sucesión. Ha estado en guerra política contra España desde entonces. Cataluña, como cualquier otra cultura milenaria, tiene lengua propia, gastronomía, danza…; ha sido Reino, República y Principado, e infinidades de costumbres que hacen que Cataluña, a lo largo de muchas centurias, tenga una cultura relevante.

2) Medios de comunicación

Los medios de comunicación juegan un papel muy importan- te, tanto en España como en Cataluña, y, como en todo el mundo, pero especialmente en los medios españoles, quizás por ignorancia, quizás por convicciones, quizás para contentar al Gobierno, han sido especialmente muy duros contra Cataluña. Siempre han escondido total o parcialmente lo relativo a Catalunya, creen que Catalunya es una parte de España, donde se habla un dialecto, y les molesta mucho nuestra identidad, incluso cuando hablamos en catalán piensan que lo hacemos para provocar a los españoles. Antes, en tiempos franquistas, estaba prohibido hablar nuestro idioma, el catalán, y cuando tenías que ir a un lugar público, y te dirigías en catalán, te decían que hablaras en cristiano. Tanto la TV como la radio como los periódicos del Estado están total- mente adoctrinados e, incluso, las noticias están manipuladas, y algunas de ellas que no les interesan son omitidas, y las que son interesantes para el Estado, aumentadas. La TV catalana ha sido galardonada muchas veces por su imparcialidad y profesionalidad. Los medios del Estado han sido cuestionados, incluso por su propio personal. El Gobierno de Madrid quiere intervenir los medios catalanes porque, según ellos, adoctrinan a los catalanes y, de esta manera, los pueden controlar.

3) Justicia

¿Qué es la Justicia en Cataluña? Bien, la Justicia debería ser, en todo el mundo, justa y nada más. ¿Qué ocurre en Cataluña? Tenemos cinco personas del Gobierno legítimo en el exilio, los dos Jordis, el vicepresidente del Gobierno legítimo, y el consejero de Interior están en prisión; todo el mundo jurídico, tanto el español como el catalán, están de acuerdo en que se trata de una injusticia, que esta gente esté encarcelada no tiene ninguna base jurídica, lo que ocurre es que la «Unidad de la Patria» es inquebrantable, de acuerdo con la propia Constitución. El propio TC sabe que esto, jurídicamente, no tiene base, dado que él hace lo que le dicta el poder político; el TC no tiene a nadie ante ellos que lo cuestione, primero toma sus decisiones. Cuando se trata de la Unidad de la Patria, el TC tiene el apoyo del Gobierno Español y de todos los jueces, estén o no de acuerdo con ellos, y tiene detrás a toda la nación española.

4) Constitución

El período del Franquismo, 40 años de dictadura, incidió en la población española, como en todas las dictaduras, empobreciendo a su población, tanto física como intelectualmente. La dictadura hizo mucho daño y todavía estamos sufriendo las consecuencias y tardaremos todavía mucho tiempo en normalizar esta situación. De todas formas, aquí, en Cataluña, hay un hecho que nadie ha podido destruir desde 1714, y es que el sentimiento de identidad catalán no se ha podido mover ni un milímetro, toda- vía está intacto. Claro que hay nuevos catalanes e inmigrantes que no quieren ser catalanes, sino españoles, de eso hablaré en otro Pecado Capital, Nuevos catalanes. Se nos plantearon muchos interrogantes a raíz del fin del Franquismo. Cuando teóricamente llegó, los partidos políticos encontraron la forma de poder abrir un nuevo período, que llamaron transición a la democracia. Se intentó realizar una nueva Constitución que pudiera ser aceptada por todos, fue muy difícil, sobre todo para el ejército; salió la Constitución que solo era posible en 1978. En 1981 hubo un golpe de Estado provocado por los que añoraban el antiguo régimen; fue un golpe de Estado fallido, pero esa Constitución que es la que tenemos ahora, una constitución que en 2018 no sirve para nada, ni para los españoles ni mucho menos para las demás identidades que conviven en España, no fue una transición, fue una continuación del régimen franquista.

5) La Unidad de la Patria

Primero deberemos explicar qué es o cómo se entiende esta palabra. Aquí, en Cataluña, los catalanes la entendemos como re- presión, pero deberemos hacer algo de historia para entenderlo un poco mejor; deberemos ir a 1492, cuando, en un momento benévolo para Castilla, que le fue propicio para una conquista sin precedentes, la llamada España conquistó casi todo Sudamérica, Centroamérica, México y muchos otros. Ya por aquel entonces, Castilla, o España, tenían el sentimiento de conquista, y eso es lo que hizo y le salió bien. Se enriqueció utilizando las herramientas que utilizaban como represión, aniquilamiento, destrucción de la lengua, religión, cultura y expropiación de todos los bienes, y de ese modo tomó el mando de todo este imperio. Los barcos salían llenos de oro y esclavos hacia España. Aquí nació el sentimiento de la Unidad de la Patria. Con el tiempo y poco a poco, el Imperio español fue cayendo, hasta el día de hoy, donde solo queda Galicia, las islas Baleares, País Vasco, Cataluña, País Valenciano y además Ceuta, Melilla y las islas Canarias. A pesar de este desaguisado, la Unidad de la Patria está tan fuerte como siempre. El pasado año fui a Madrid, y un taxista, al escuchar mi acento catalán, me preguntó si era catalán, yo le dije que sí, y él me preguntó si tenía algún comentario sobre la situación política actual. Le dije que, si los catalanes quieren ser independientes, debe ser la voluntad del pueblo catalán, ¿no? Yo le pregunté cuál era su comentario, y me dijo con una cara muy larga y triste: «¡¿Una España rota?!». No me sorprendió porque vi que la Unidad de la Patria está todavía muy dentro de los españoles, es un gen, es algo psiquiátrico, psicológico, que a través de la historia de España se ha ido apoderando y profundizando dentro de la mente española. El problema de la unidad de la Patria es que los españoles no saben lo que es, se ha repetido tantas veces que lo tienen en la conciencia, por un catalán o por otro ser humano verá que la unidad es uno que manda y los demás están para servir, colonialismo puro; son las colonias quienes aportan los bienes al imperio y que esta unidad no se puede romper por motivos obvios. Madrid quiere la unidad y, cuando los españoles se curen de esta enfermedad, verán la realidad de todo. Franco era el mayor anticomunista de la historia de la Humanidad, pues bien, como todos sabéis, la frase de él «Antes una España roja que rota», increíble, ¿no? Hoy esta frase está tan viva o más que nunca, o como siempre, por eso, los catalanes lo tenemos muy mal, deberemos luchar mucho para nuestra liberación. Cuando España pone tanto énfasis en la Unidad de la Patria, es que algo no funciona bien. Veamos qué hay. He copiado y pegado el artículo 2 de la Constitución española: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles». Esto está en el artículo 2 de la Constitución, increíble. España es todavía la misma que en tiempos de los conquistadores, la Unidad de la Patria. No estoy seguro, pero España debe ser el único país del mundo donde en un lugar tan prioritario de la Constitución es tan importante para sus ciudadanos decirles lo que representa la Unidad de la Patria.

6) Humillaciones

Una de las muchas degradaciones que se realizan desde el Esta- do y de algunas personas españolas son humillaciones contra Cataluña. Para ellos nuestra historia no existe, la lengua es un dialecto, y para ellos Cataluña es España, desprecian la cultura catalana, la ridiculizan, y ahora, en los últimos tiempos del Proceso, incluso insultan, amenazan y recuerdan a los políticos que tienen hijos, y a nuestro presidente que un presidente muy honorable de la Generalitat fue fusilado miserablemente en el Castillo de Montjuïc. Las humillaciones han alcanzado un nivel insostenible para la dignidad de una persona, tenga la ideología que tenga. Ellos dicen que los medios de comunicación catalanes están adoctrinando a los catalanes, pero son ellos, no nosotros, los que deben decir la verdad, y nada más. El día 1 de octubre de 2017, día de elecciones para el Parlamento de Catalunya y, además, día de luto, porque la Policía española hizo cargas muy violentas contra las personas que acudieron a votar. Fue otro acto de humillación contra nuestro pueblo. Después de estos actos incívicos, el pueblo español gratificó a los policías que golpearon a nuestro pueblo con viajes y vacaciones de placer, para dar las gracias a los policías que hubieron de enfrentar- se con aquellos insurrectos, rebeldes…, que lo único que hicieron fue ir a votar. Los catalanes nos damos cuenta de que los españoles nos odian, y un ejemplo de ello es que, cuando los policías españoles salían hacia Cataluña de las diferentes ciudades españolas para reprimir a los catalanes, los policías gritaban «A por ellos» como diciendo que no debía quedar un catalán en pie; los insultos que hemos tenido que escuchar son innumerables, se podrían escribir páginas enteras de estos adjetivos. Esta es la estimación que nos tiene buena parte de España, he aquí un grupo de ejemplos.

Duque de Olivares, 1641: «Hay que reducir Cataluña a los usos y costumbres castellanas».

Martínez Anido a Primo de Rivera: «Hay que llenar Cataluña de lo peor que tenga España».

Francisco de Quevedo, 1640: «El catalán es la criatura más triste y miserable que Dios creó, y son ladrones de tres manos, en tanto en Cataluña quede un solo catalán, y piedras en los campos desiertos, debemos tener enemigos y guerras».

Miguel de Unamuno, 1905: «Si el Estado no impusiera el castellano en toda España, los dialectos se impondrían al castellano».

Felipe V de Borbón, 1715: «Que en las escuelas no se permitan libros en lengua catalana, escribir ni hablar dentro de las es- cuelas y que la doctrina cristiana esté y la aprendan en castellano».

Manuel Azaña, 1931: «Una persona de mi conocimiento está se- gura de que es una ley de la historia de España la necesidad de bombardear Barcelona cada cincuenta años. El sistema de Felipe V era injusto y duro, pero sólido y cómodo ha sido válido por dos siglos».

Queipo de Llano: «Transformamos Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Barcelona en un inmenso solar».

Manuel Fraga, 1968: «Cataluña fue ocupada por Felipe IV, que la venció, fue bombardeada por el general Espartero, y la ocupamos en 1939, y estamos dispuestos a ocuparla tantas veces como sea necesaria, y por eso estoy dispuesto a coger de nuevo el fusil».

José Prat, 1984: «Los catalanes solo son importantes cuando hablan en castellano».

Calvo Sotelo, 1983: «Es necesario fomentar la inmigración de habla castellana en Cataluña y Baleares para así asegurar el mantenimiento del sentimiento español».

Felipe González, 1984: «El terrorismo en el País Vasco es cuestión de orden, pero el verdadero peligro es el hecho diferencial catalán».

Santiago Bernabéu, 1968: «Me gusta Cataluña, los que no me gustan son los catalanes».

Antonio Machado, 1937: «De aquellos que dicen ser galle- gos, catalanes, vascos, antes que españoles, desconfiad siempre de ellos, suelen ser españoles incompletos, insuficientes, de los que nada grande puede esperarse». 

Esta es la gente que nos ama desde tiempos inmemoriales.

7) Los nuevos catalanes

¿Quién vive en Cataluña? Aquí vive mucha gente, como en el resto del mundo: turistas, refugiados, inmigrantes, nuevos catalanes, catalanes, etc. Nos concentraremos solo en los inmigrantes españoles y los nuevos catalanes. Los nuevos catalanes y españoles son lo mismo, son personas que, por el motivo que sea, vienen a Cataluña a vivir o trabajar. Los inmigrantes, extranjeros o españoles, que vienen a trabajar se encuentran con una lengua y una cultura totalmente desconocidas. El nuevo catalán vivirá con dos culturas, la de su origen y la catalana, y a través del tiempo se integrarán en la nueva cultura catalana. Por lo que sea, se encuentran bien, en su nueva sociedad, aunque no quieren perder su cultura de ori- gen, aunque hablan catalán o no, se sienten catalanes porque, además de integrarse, encuentran que la cultura catalana les da muchos valores, y ellos, a veces, se sienten más catalanes que los propios catalanes. Por otra parte, quizás también hay catalanes de primera y segunda generación que, tal vez, no se han integrado muy bien, porque viven en el grupo de su cultura de origen, la española, o no, pero se consideran catalanes, pero están en contra de la lengua y de Cataluña como Estado, y quieren ser y continuar siendo una provincia de España. A raíz de este análisis, se puede ver que todo es algo complejo, pero no lo es. En los años 60 Cataluña tuvo una inmigración de un 42 % de la población activa. Fue una revolución esa inmigración, sin embargo, desnaturalizó un poco la cultura catalana; los sociólogos dicen que un 12,5 % de inmigración es la cota permitida máxima para no desnaturalizar una cultura. Bien, por un lado, nos hizo daño, pero, por otro, fue muy beneficiosa, ya que faltaba mano de obra y, gracias a esa inmigración que vino, la gran mayoría de Andalucía y sobre todo de Murcia, Cataluña tuvo un progreso económico muy fuerte y pasaron de inmigrantes a ser nuevos catalanes y, mucho de ellos, sus hijos e hijas, nietos y nietas son catalanes y defienden a Catalunya. Hay otros inmigrantes y nuevos catalanes, de los que resulta más complicado realizar un análisis; este grupo podríamos encasillarlo en partidos políticos llamados Constitucionalistas; estos partidos inciden con la gente que hace pocos años han venido a trabajar aquí, tienen una ideología españolista, y puede ser de clase trabajadora o no, y muchos pueden ser sudamericanos que vienen o han venido a trabajar a multinacionales como Telefónica, supermercados, construcción…, en fin, servicios; el típico trabajador que ha venido aquí porque existe más posibilidad de ganarse la vida. También hay otro grupo que socialmente quizás tiene un nivel más alto. Por último, un grupo socialmente alto, que está en los consejos de administración de las empresas. Estos tres grupos que acabo de mencionar no quieren integrarse en Cataluña, consideran que Cataluña es España. Hay gente que ha nacido o no en Cataluña, y que viven con otra cultura dentro de Cataluña, que podría ser españolista, y que ellos se consideran tan catalanes como los catalanes independentistas. Ellos creen que por el mero hecho de haber nacido o vivir en Cataluña ya les da derecho a ser catalanes. Un ejemplo: la líder catalana de Ciudadanos, Inés Arrimadas García, ella habla catalán, no nació en Catalunya, pero vive en Catalunya, y ella con un entorno, político, económico, español, y sin tener ningún sentimiento hacia Catalunya, pero por el contrario son afortunadamente pacíficas, pero sí ignorantes. Pero hay también un puro ejemplo que lo podemos ver en un terrorista, que vive en Cataluña, por ejemplo en Ripoll; ha nacido en Catalunya, ama a Catalunya, pero delinque en contra de Catalunya. Inés Arrimadas no es terrorista, no mata a gente afortunadamente, sin embargo, destruye su cultura donde ella misma vive, pero tras la muestra un botón, y como ella hay mucha gente que vive en Catalunya, sin embargo, no se sienten catalanes, se sienten españoles. Yo he vivido en Dinamarca 40 años, y ahora vivo en un pueblecito de Gerona, Tossa de Mar; he nacido en Barcelona, sin embargo, he vivido la mitad de mi vida en Dina- marca. Yo quiero tanto a Dinamarca como a Cataluña, Dinamarca me ha dado muchas cosas, muchos valores, mi problema es que tengo el corazón partido con dos, sin embargo, no es un problema, al contrario, me enriquece tener dos culturas a las que amo. Hay amor suficiente para ambas nacionalidades, no tengo que rechazar una por tener la otra, como hacen los catalanes que no quieren perder su identidad española; yo no pierdo mi identidad, yo quiero a las dos con un amor profundo incalculable, soy muy afortunado de que dos culturas me acojan, soy muy afortunado, y sería una desgracia muy grande perder una de ellas; estas siempre están dentro de mi corazón. Por otra parte, como les ha ido a los países americanos que fueron expoliados, empobrecidos, les han destruido toda su cultura, incluida su lengua, pero ¿Qué es un país? Un país consta de una cultura, lengua, danza, bandera, literatura, que consta desde poesía hasta canciones, libros, etc., y finalmente una historia, y no se puede banalizar una cultura como lo hace Inés Arrima- das y otros constitucionalistas y españoles. Al decir que son tan catalanes como los que realmente nos sentimos catalanes, esta gen- te lo único que demuestra es una profunda ignorancia y un desprecio en contra de nuestra cultura. Sentirse catalán es, además de querer no solo el territorio, identificarse con todas las partes de la cultura catalana; no puede una persona decir que ama a Cataluña, y atacar su cultura como hacen mucha gente y los constitucionalistas. Yo quiero a Catalunya, porque me siento identificado con todas sus ramas de su cultura, y, como otras que han dado su vida para defenderla, yo también la defendería en contra de quienes quieren su desintegración, o anexionar a su cultura española, como España lo ha hecho con todas sus colonias tanto americanas como con la Gallega, País Vasco, Catalana y muchísimas otras, sobre todo de españoles, que por los motivos que sean tienen o quieren unir unos vínculos o valores con España por su españolidad. Este grupo de inmigrantes o nuevos catalanes, referentemente, tienen, como yo ya he dicho antes, simpatía por grupos constitucionalistas, y esto es un peligro para nuestra cultura, porque debe haber un máximo de inmigración permitido, como ya he dicho antes, en cualquier país. Un ejemplo que quiero mencionar es Kosovo. Este nuevo país era antes de su independencia unilateral un estado serbio. En Kosovo hubo una inmigración muy fuerte de Albania, que alcanzó el 94 %. Un 6 % eran serbios y 94 % albaneses, una aberración cultural que los serbios pagaron muy caro: perdieron Kosovo de forma democrática. ¿Queremos nosotros perder nuestra cultura? ¿Nuestra lengua? ¿Nuestras costumbres? Si la respuesta es «no», debemos tener mucho cuidado y actuar en consecuencia; sería muy interesante que hiciéramos juntos una reflexión. Esto es muy importante por- que, estadísticamente, recoge que todos los Constitucionalistas que van en contra del Proceso, y esto es una evidencia de que cuanto más progreso tenemos en Cataluña, existe un descenso de independentistas. Posiblemente, la última inmigración que llega a Cataluña queda sorprendida de la situación catalana; evidentemente estos nuevos venidos no tienen ningún vínculo emocional ni sentimental con Cataluña, esto significa que, cuanto más éxito tengamos en nuestro país, más golosos seremos, y consecuentemente, más gente vendrá a Cataluña, y menos independentistas tendremos. Repito: nuestro éxito será la destrucción del Estado catalán, que es, precisamente, lo que el Estado español quiere. Última- mente ha surgido un partido político al que se denomina como ultraderecha, que es Vox; este también está clasificado como constitucionalista, al igual que PP y Ciudadanos. Todos los partidos constitucionalistas están en contra de que los independentistas pongan lazos amarillos en las calles y los lugares públicos; su argumento es que los lugares públicos son de todos, y precisamente porque son de todos, los independentistas ponemos los lazos amarillos. Poder expresarse en un lugar público debe ser la pura esencia de la democracia, no como ocurre en las dictaduras, que se debe estar dentro de las casas y a escondidas. Si los constitucionalistas no están de acuerdo con los lazos amarillos, que pongan otros de otro color o que lo demuestren en los lugares públicos; esto se llama democracia, no arrancar los de los demás porque tienen una ideología diferente. Otro de los argumentos que los constitucionalistas dicen es que las familias en Catalunya están destrozadas por culpa del independentismo. Esto en parte podría ser cierto, pero según la parte que se observa: si uno es constitucionalista, echa la culpa a aquellos que quieren romper con España, y, si no lo eres, son aquellos que quieren la extinción de Cataluña como nación. Este argumento existe en todo el mundo, familias enfrentadas porque una parte tiene una ideología contraria a la de la otra. Esto se llama democracia pura, así es la democracia.

8) Legalidad

¿Qué es legalidad? Es muy fácil de definir, ¿no? Es hacer lo que está dentro de la ley, todo lo demás es ilegal. Lo tenemos, pues, muy difícil los catalanes si queremos ser independientes, ¿no? Pues sí, si tenemos que estar dentro de la legalidad, deberemos convencer a una mayoría de españoles de que nos dejen salir y, por eso, hay que convencer a los partidos políticos, y eso es difícil, porque ellos tienen la mayoría. PP, PSOE y Cs no quieren romper con la Sagrada Unidad de la Patria; además, hay que cambiar la Constitución y bla, bla, bla… Total, imposible, nunca podremos ser independientes. Vamos, pues, a hacer un poco de historia. La caída del Imperio español fue cuando España empezó a perder las colonias y ninguna de ellas dejó a España de una manera democrática, es decir, dentro de la ley, fue con pura ilegalidad, por eso digo: cómo se puede hacer la independencia de Catalunya? La diferencia está en que la mayoría de los Estados al separarse lo hicieron vía guerras abiertas o violencia, además, la distancia no jugaba a favor de España, y hoy, en una Catalunya que es y siempre ha sido no violenta, el fondo de la cuestión es que siempre se ha hecho de forma ilegal. Nadie cede su soberanía amigablemente, y España tampoco lo hizo, la cogió por la fuerza y la devolvió porque no podía hacer otra cosa. Por eso yo digo que España ahora no puede predicar cuando ella lo hizo por la fuerza, y lo hizo ilegalmente, con violencia y guerras. Ahora estamos en otro tiempo y han pasado muchos años, más de 300, que perdimos la guerra, nuestra soberanía, nuestra lengua, nuestra cultura y nuestros derechos, y ahora es hora de que España nos devuelva nuestros derechos, que son como lo que que- rían los negros, que tuvieran los mismos derechos que los blancos.

¿Qué decían los blancos cuando prohibían la entrada a los negros?: «¿Qué se han creído estos negros?». Los negros tuvieron que hacer muchas ilegalidades para conseguir la igualdad con los blancos; el voto de la mujer, otro derecho, también tuvieron que cometerse muchas ilegalidades para conseguir el derecho de voto; para legalizar el aborto, ¿Cuántas mujeres tuvieron que abortar cuando estaba prohibido? Pura ilegalidad… Podría mencionar cientos…, miles de cosas que la gente hacía de forma ilegal y que ahora es legal. La voluntad de pueblo hace la ley, no la ley hace al pueblo. El pueblo de Catalunya quiere independizarse, y no existe voluntad más soberana que la voluntad de un pueblo, y, además, con el agravante de que el pueblo dominador no nos ha sido de mucha ayuda, sino todo lo contrario, ha perseguido nuestra lengua, cultura, y nos ha empobrecido de forma ilegal, tanto en España como el derecho internacional, donde Naciones Unidas dice que debe ayudarse a las lenguas y culturas en extinción, pero España defiende la lengua española porque cree que es esta la que está en extinción en Catalu- ña. Por eso, la ilegalidad es la única manera de poder salir adelante de este callejón sin salida. Tenemos las Naciones Unidas que nos amparan, allí no somos ilegales.

 10) Canto a La Libertad

Enric Giné i Orengo

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